Cambios en la regulación de las criptomonedas

La regulación de las criptomonedas siempre ha estado latente, pero la realidad es que el mercado de las criptomonedas en todo el mundo prácticamente no está regulado. Varios países han anunciado plantear unas normas más estrictas para intentar tener más control en el mundo de las finanzas descentralizadas.

Actualmente, en Estados Unidos se está buscando establecer un “período regulatorio” para las monedas digitales. Las entidades de regulación financiera están intentando comprender la existencia y funcionamiento de las criptomonedas, y definir quienes tendrían la autoridad para actuar sobre ellas.

La razón principal, según señalan, es el deseo de proteger a los inversores, así como también tener cierto control sobre este mercado volátil. La falta de supervisión sobre este mercado podría dañar a los ahorradores e inversores novatos. En los Estados Unidos se espera que los funcionarios trabajen juntos para establecer estas bases de regulación, y que exista coordinación entre las agencias. Esto sería posible porque existe un interés común de llegar a un acuerdo general.

Suecia y la regulación de las criptomonedas

En Suecia sucede algo muy similar. No hay nada demasiado definido pero los planes para que las criptomonedas enfrenten una regulación más estricta fueron anunciados, por lo tanto están siendo discutidos.

Las razones para traer una regulación más firme a Suecia son diversas, pero sobre todo están vinculadas a precauciones. Como todo lo que consigue gran popularidad, atrae atención, y debido a su éxito las criptomonedas podrían ser utilizadas con objetivos criminales. Debido a las grandes dimensiones que ha tomado el cripto mercado, entran en juego los intereses de los consumidores, y la posibilidad de lavado de dinero. Resumiendo, las preocupación mayor es que sean utilizadas para fines maliciosos.

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Los defensores de la regulación de las criptodivisas

Existe una gran cantidad de banqueros o formuladores de políticas financieras que critican las criptomonedas, defendiendo que se debería formular una regulación más estricta. Consideran que los inversores pueden sufrir gravemente como resultado del auge de las divisas digitales descentralizadas.

Es cierto que cuando los inversores compran cualquier tipo de criptomoneda lo hacen bajo su propio riesgo y no tienen protección contra los estafadores. Pero cualquier persona dispuesta a realizar una significativa inversión en criptomonedas, o en cualquier otro tipo de inversión que le sea nueva, debería llevar a cabo una investigación o contratar asesores. Si un inversor se informa y forma, el mundo de las criptomonedas es tan seguro como el de las finanzas centralizadas. Incluso podría decirse que proporciona más beneficios respecto a la seguridad, debido a la tecnología blockchain en la que está basada.

A pesar de las posiciones antagonistas y al gran escepticismo que aún existe respecto al mundo de las criptomonedas, estas no han dejado de acumular seguidores, lo cual ha llevado a numerosas personas y firmas a internarse en este mundo.

La volatilidad del mercado cripto es la causa principal de la regulación

La volatilidad del precio de las criptomonedas es una realidad que ha quedado demostrada en diversas ocasiones. En febrero el precio de Bitcoin se disparó debido a un anuncio por parte del fundador de Tesla, Elon Musk, quien anunciaba la inversión de su compañía en la criptomoneda, luego el valor de la criptodivisa bajó repentinamente cuando Musk revirtió la medida que había tomado un tiempo atrás. Las noticias de este tipo afectan de gran manera al mercado de las criptomonedas en general.

Por más que la regulación de estas divisas se pueda ver como algo negativo para el cripto mundo, se cree en general que no hay vuelta atrás para las criptomonedas y la tecnología blockchain. Es una invención demasiado grande y útil que llegó para quedarse, lo cual tienen claro los gobiernos, que más que prohibirla tienen la intención de regularla y tener más control respecto a posibles usos incorrectos de esta tecnología. Son los mismos gobernantes que anuncian que estas nuevas tecnologías traen grandes promesas, pero también grandes riesgos.