El mundo se compone de su propio token nativo, llamado Flux, que opera con un método de consenso Proof-of-Work, una red computacional desencadenada que actualmente consta de unos 2300 Nodos Flux, su propio sistema operativo hecho en Linux (FluxOS). Y su propia suite de aplicaciones blockchain y billetera autocustodiada llamada Zelcore.
Flux fue diseñado para proporcionar a los desarrolladores y participantes una plataforma descentralizada. Es fácil de usar y les permite elaborar y desplegar aplicaciones descentralizadas (dApps) en la Internet del futuro, la Web 3.0. El modelo económico de Flux fomenta la participación en la red para permitir su crecimiento. Al tiempo que disuade a los malos actores de atacarla por medio el bloqueo de los colaterales de los nodos.
Flux no es nada sin usuarios como sus mineros de GPU, operadores de nodos y colaboradores de la comunidad. Y esto se refleja en su estructura económica, en el que los titulares de Flux, los mineros y los operadores de nodos están altamente incentivados.
La mejor apuesta para un Futuro Descentralizado es Flux
Aunque de que la industria de las criptomonedas ha superado el billón de dólares de valor de mercadeo, miles de proyectos carecen de un modelo verdaderamente nuevo. No tienen perspectivas de ofrecer soluciones para inconvenientes reales. Muchos proyectos de criptodivisas son simples calcas de plataformas más exitosas.
El ecosistema Flux da la infraestructura crítica y las herramientas necesarias para hacer soluciones que incorporen a millones de usuarios, mejoren realmente la tecnología blockchain y tengan un impacto a favor en la adopción por parte de las industrias habituales. Los numerosos recursos y casos de uso que ofrece el mundo Flux son un catalizador para la opción de valor de la red y para aumentar la demanda de su activo nativo, FLUX.
Su visión de Futuro, el ecosistema Flux
El ecosistema Flux y su red han experimentado un desarrollo constante desde su despliegue en 2018. El equipo atrás del proyecto y la comunidad Flux se ha centrado en la elaboración de un producto que funciona en todo el mercado de osos, en lugar de comercializar uno sin terminar. El ecosistema Flux está vivo y operativo. El proyecto es de código abierto y totalmente observable y hay actualizaciones de desarrollo semanalmente. El proyecto tiene una hoja de rumbo bien diseñada que ha visto la consolidación de grandes hitos.